Habitantes de Escuinapa, exigieron a las autoridades esclarecer el asesinato de los tres maestros y garantizar seguridad en la zona, pues aseguraron que los índices de delincuencia en el estado van en aumento, contrario a lo declarado por el Gobernador Quirino Ordaz, y acusaron a los gobiernos del recrudecimiento de la violencia.
Por Leopoldo Lerma
Ciudad de México, 7 de mayo (SinEmbargo/Noroeste).- “Dios es Misericordioso, pero no para tanta maldad”, así resumió el sacerdote Julio su homilía por el eterno descanso de los tres maestros asesinados el jueves en la sierra de Concordia, en Sinaloa.
Ciudadanos de ese municipio exigieron a las autoridades estatales el esclarecimiento inmediato del asesinato de los maestros Luis Alberto N., Juan Ramón N., y José Feliciano N.
Y la Iglesia también fijó su postura. Dijo que fue un acto cruel y cobarde, por lo que pidió a quienes se dedican a asesinar, que depongan las armas mientras tengan vida.
“Cuesta mucho asimilar a quienes se dedican a arrebatar la vida de los maestros, que su noble labor es educar. Nos toca ahora sentir la onda de delincuencia en México y en Sinaloa. Hagamos un llamado a quienes se dediquen a quitar la vida, que inhiban sus armas, ojalá y que les alcance la vida, porque Dios es Misericordioso, pero no para tanta maldad”, dijo el cura.
Los escuinapenses cuestionaron las declaraciones del Gobernador Quirino Ordaz Coppel, quien tras el multihomicidio dijo que en materia de seguridad pública, en Sinaloa “había grandes avances”.
“Vivimos en un estado en donde no hay absolutamente nada de seguridad, cualquier desconocido te habla y hasta te pone nervioso. Pero aquí el responsable es el mismo gobierno, porque no ha sabido gobernar y acabar con la delincuencia”, dijo Cruz N.
“Lo que dice el Gobernador es mentira, porque no está seguro Sinaloa, estamos pésimamente con un gobierno que no ha hecho justicia”, expresó Agapito N.
Compañeros de los docentes caídos revelaron que hay maestros que no quieren ir a trabajar a la zona donde ocurrió el triple asesinato, por temor a correr con la “misma suerte”.
“Aquí no hay gente mala y estos profesores ya no quieren ir a dar clases allá... todos se quieren regresar”, dijo Manuel N.
Para los habitantes de Escuinapa ya no se puede salir a la calle, porque se teme que algo malo les pueda ocurrir en el camino.
“Estará ciego el Gobernador, ¿cómo no va a reconocer que hay tanta violencia?, que le eche ganas a ‘limpiar’, porque no puedes salir a la calle, ya que vas con el Jesús en la boca”.
ADEMÁS
Familiares y amigos sepultaron ayer a los maestros.
En la mañana, José Feliciano N., “Chanito”, como le decían, fue el primero en llegar a su última morada.
Horas después, por la tarde, los cuerpos de Luis Alberto y de Juan Ramón llegaron juntos al templo San Francisco de Asís, y de ahí fueron trasladados al panteón.